Esos momentos que ocurren cosas desagradables a tu alrededor, a tu gente, y sientes la impotencia de no poder hacer nada para ayudar, ella sola, la ha cagado.
Mis consejos no sirvieron, no me escuchó.
Y ahora porfin puedo decirle:
nena, para los frenos, la has cagado y no tienes vuelta atrás, despite de él.
Y ahora solo queda dejarle mi hombro para llorar.
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